Buenas personas

"Buenas personas"

Viviana M M

Desde niños, aprendemos a relacionarlos con las otras personas desde el miedo. 

Con todo el amor como motor de enseñanza, en variadas ocasiones, los padres nos enseñan a desconfiar y a limitar nuestra expresión con las demás personas para así evitar el señalamiento, la burla o el "desencaje" social.

Es así como crecemos con nuestra autoestima muchas veces limitada, y otras tantas aumentada, pensando que los demás van a atacarnos y ¡hay que defendernos! o que son más importantes o inteligentes que nosotros por lo que es mejor callar para no "ridiculizarnos".

He diseñado quizás más de 50 programas de formación y participado en la capacitación de cientos, quizás miles de personas, y he encontrado una constante: ¡Las personas son buenas!

Cuando tratamos a los otros como personas, los reconocemos como seres humanos, valiosos, aportantes y los tratamos con respeto, la esperanza surge y lo mejor de ellos aflora, ya sin el velo de emociones de temor o no valía. 

Se trata de creer... sí, de creer. Creer que las personas que nos rodean (familiares, compañeros, amigos, trabajadores, vecinos...) son buenos. Ninguno de nosotros en esencia, a menos que una patología mental señale lo contrario, buscamos el mal para el otro ni hacer daño per se.

Cada uno de nosotros actúa de la mejor forma que conoce, de acuerdo a lo que conoce, según sus propias experiencias de vida y aprendizajes, y desde allí se relaciona con el mundo. No es que seamos malos, solo somos diferentes, y dar ese paso de ver y aceptar la diferencia, no es en general sencillo. Pero se puede hacer. 

¿Cómo sería el mundo si creyéramos en la bondad de cada uno de nosotros y actuáramos desde esa bondad? ¿Si confiáramos más, y juzgáramos - esperáramos menos? 

A mí personalmente, me permite vivir mejor, más tranquila y con menor preocupación, me libera del miedo al que dirán, al fin y al cabo, yo ya he expresado mi sentir y mi pensar, como dice una frase que leí alguna vez:

Lo que los demás piensen de mí, no es asunto mío. 

Seamos pues, buenas personas...