Soltar el exceso de equipaje emocional

"Soltar el exceso de equipaje emocional"


Vivimos sobrecargados de emociones. Ya sea que le hagamos caso o no a estas emociones, al menos de manera consciente, ellas viven presentes en cada paso que damos y que omitimos en nuestras vidas.

Y es que estamos sometidos a gran cantidad de elementos, para todos nuestros sentidos, imágenes, sonidos, aromas, sensaciones que bombardean nuestro cerebro, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a cada instante, y en muchas ocasiones de manera imperceptible. Programas de televisión, publicidad en nuestro entorno, aromas por donde transitamos... Hay personas que se dedican a estudiar cómo pueden impactar e influir en otras a través de todas estas herramientas sensoriales. Y, en otras ocasiones, somos nosotros mismos quienes nos involucramos tanto con el otro que terminamos cargando no sólo nuestras propias situaciones si no también las de otros y la del mundo entero.

¿Qué sucede entonces?

Cada día nos sentimos más cansados sin entender por qué. Sentimos el peso del mundo en nuestros hombros y nuestra espalda, algunos incluso cargan el peso del mundo en sus estómagos. Y lo sé porque escucho las continuas quejas de malestares y dolores sin tener un por qué claro que nos hace perder en ocasiones la paz y el sueño, y también lo sé porque en ocasiones me he despertado en la madrugada tratando de solucionar lo que no está en mis manos e incluso lo que no tengo certeza de que pasará.

¿Qué hacer?

En muchas ocasiones vivimos el día a día sin vivirlo, es decir, hacemos las cosas porque hay que hacerlas, repetimos los días y las acciones como una tarea más que hay que ejecutar, corremos contra el tiempo de un lado a otro para cumplir nuestras promesas y, ¿la verdad? nunca logramos ganarle al tiempo, él siempre está seguro de su paso.

El hacer altos en nuestros días, de manera consciente, nos permite retomar el control de nuestras vidas, como vidas propias y no ajenas. El reflexionar sobre nuestras acciones y pensamientos no requiere mucho tiempo, sólo preguntarnos: ¿para qué? ¿qué significan nuestros actos para nosotros mismos? ¿están hablando de lo que somos, lo que pensamos y lo que sentimos?  ¿Qué emociones de las que cargamos son verdaderamente nuestras y cuáles de otros? ¿Qué está en nuestras manos solucionar y qué debemos soltar?

Así como cuando salimos de viaje o incluso, cuando salimos de la casa cada día, que revisamos qué llevamos en nuestro bolso o maletín, si tengo lo que requiero para mi día, sacamos lo que no necesitamos, guardamos lo que hay que archivar y botamos lo que no nos sirve ya... Así hay que hacer limpieza en nuestras vidas cada día, limpieza de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestras decisiones para lograr viajar con lo que necesitamos, con el equipaje emocional justo y propio, y así disfrutar mejor nuestro caminar.

¿Cómo está tu equipaje emocional hoy?

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