¿Qué está robando mi atención?

"¿Qué está robando mi atención?"


"Somos lo que pensamos"

Es una pregunta recurrente para mí en estos días, cuando me percato de tener en mis pensamientos cuestionamientos que redundan en situaciones que me molestan o en recuerdos de relacionamientos con personas con las que no todo marcha bien.

Es fácil caer en el juego de egos, en la lucha de poderes y ambiciones, y resultamos entregando a los otros lo más importante de nuestras vidas: la paz interior, esa que nos permite vivir plenamente, con alegría, y sobretodo, vivir en el presente.

Las situaciones que nos pasan, los eventos por los que atravesamos, las discusiones y desacuerdos que ocurren, se vuelven parte permanente de nuestro presente y de nuestras vidas al recordarlas una y otra vez en nuestras mentes, trayendo consigo todas las emociones, las frustraciones, los sentimientos de enojo, tristeza o impotencia, y finalizando entonces con un dolor de cabeza, un problema estomacal, talvez depresión, y en el peor de los casos, enfermedades permanentes o incurables.

¿Qué hacer?

¿Cómo recobrar nuestra paz interna?

Aparecen diferentes técnicas y herramientas en nuestro medio que buscan la canalización de nuestras emociones, desde meditaciones de 5 minutos, mandalas coloridos, ejercicios de yoga o mindfulness, coach, consejeros y entrenadores, todas herramientas útiles de acuerdo a la personalidad y gustos de cada persona... Sin embargo, hay algo que no debemos olvidar, y es:

La toma de conciencia de nuestras realidad, bajarle el volumen a las intenciones de nuestro ego, analizar con objetividad y claridad el evento, solucionar lo que esté a nuestro alcance, aceptar lo que no, y dejarlo ir.

Si no dejamos ir el recuerdo, dejar de avivarlo en nuestro presente, y entenderlo como una experiencia pasada, que trajo un reto, que se solucionó o se aceptó, y continuamos adelante, la paz nunca será permanente ni cierta, sólo será la entretención de un par de minutos u horas, y nuestro cuerpo, sabio y expresivo, se encargará de recordarnos que aún "no hemos pasado la página".

Hay libros que vale la pena dejar, para encontrar nuevos aprendizajes y experiencias.

Y tú, ¿cómo estás?... escucha a tu cuerpo, su queja permanente, él se encargará de decirte qué debes dejar atrás.



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